LOS MIXTOS TAMBIEN REPARTEN SUERTE
El pasado sábado, un punto de venta mixto de la localidad cántabra de Cueto repartió parte del premio gordo. Evidentemente, no tenían el billete completo ni han repartido toneladas de millones, pero sí que han hecho felices a un buen puñado de sus conciudadanos.
Como bien queda recogido en el artículos del Diario Montañés (link: https://www.linkedin.com/company-beta/11005681/admin/updates/) que comentamos en nuestro perfil de Linkedin, los titulares de este punto de venta no confiaban en ser los repartidores de suerte de una forma tan temprana: llevan sólo dos años con la licencia!!!
El debate está abierto y vuelve ahora a la carga: ¿deben de seguir pudiendo vender lotería los puntos mixtos?
Está claro que un punto de venta mixto no requiere de la inversión y mantenimiento a los que SELAE obliga a los integrales: no tienen cámaras, blindajes, caja fuerte de última generación, antisísmicos… ¿Por qué se les permite entonces actuar como si de un integral se tratase?
Según los titulares de un integral, es injusto que un mixto tenga los mismos derechos que un integral, pero no las mismas obligaciones.
Pero, ¿de verdad tienen los mismos derechos?
Desde CIGA-LOTERIAS queremos hacer una primera reflexión sobre ello.
Una administración integral puede vender todos los juegos que comercializa SELAE. Está sujeta a unas estrictas normas de imagen y seguridad, lo que da una gran solvencia frente a los ciudadanos de una cierta edad. Este segmento de la población sigue siendo fiel a su «lotero de toda la vida» y no le veremos ni jugando en internet, ni comprando lotería de otra provincia en la web ni, por supuesto, comprando «billetes azules».
Sin embargo, hay un perfil joven que no tiene apego al cartón, que juega «quinielas» on-line juntando partidos de distintas ligas europeas y que no tiene ninguna necesidad de ir a su lotero (que no tiene) para echar una primitiva. A toda esta nueva ola de jugadores le da igual un integral que un mixto. Y eso pone en peligro la supervivencia de los integrales (con unos costes de explotación y de inversión mucho más altos) si éstos no se adaptan a los nuevos tiempos y se abren a las nuevas tecnologías.
El jugador ya no está cautivo con la administración de su barrio, de su lugar de trabajo o de la parada del autobús. Ahora el jugador es libre de comprar lo que quiera dónde quiera y el lotero tiene que salir a su búsqueda.
De lo contrario, acabará enterrado en su propio búnker…
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